La agresión en la escuela: un obstáculo para la convivencia positiva

1 02 2023

Este es el primer post de una serie sobre agresión escolar, en la que se incluye la agresión como factor que impacta en la convivencia, los distintos tipos de agresiones, las consecuencias y los papeles que desempeñan los diferentes actores en estos procesos. La intención es que la serie sea útil para que padres y maestros tengan una comprensión más profunda sobre el tema y puedan abordarlo con sus hijos o estudiantes de manera efectiva y, sobre todo, aplicarlo a sus relaciones interpersonales.

La convivencia escolar

La convivencia escolar es crucial para el desarrollo y bienestar de los estudiantes, y para crear un ambiente positivo y seguro en la escuela. Se trata de vivir en armonía con otros. Según Maldonado (2004), es un proceso complejo que se aprende a través de la experiencia vital con conflictos y sus resoluciones.

Los conflictos son naturales en la convivencia en cualquier contexto, incluyendo en la escuela. La forma en que se resuelven es crucial para tener una convivencia satisfactoria y saludable. Si se manejan adecuadamente, fortalecen las relaciones, de lo contrario, causan daño emocional y deterioran el clima escolar.

En algunos entornos educativos la convivencia se entiende como disciplina o conducta. Se disocia del concepto de interacción entre miembros de la comunidad educativa como un aspecto valioso en sí mismo, que puede incluir amistad, liderazgo positivo, colaboración y diálogo (Maldonado, 2004). En cambio, se relaciona con problemas como acoso, discriminación, inseguridad, vandalismo o pandillismo (García y López, 2009).

Sana convivencia escolar en la que hay conflictos y se resuelven buscando el bienestar común.

Es importante destacar que la sana convivencia no significa ausencia de conflictos, sino el manejo adecuado de ellos (MEN, 2014). La clave está en aprender a resolverlos de manera constructiva, armónica y pacífica.

Las percepciones y experiencias de la convivencia varían entre una comunidad educativa y otra de acuerdo con los factores culturales, sociales y políticos de cada una de ellas. Si el ambiente social de una escuela es agresivo, es difícil, aunque no imposible, crear una sana convivencia en las aulas. Un buen clima escolar refleja las relaciones interpersonales que se perciben y experimentan de la comunidad educativa y asegura que todos los actores se sientan seguros y con bienestar físico y psicológico.

Impacto de la agresión en la convivencia escolar

La agresión en la escuela tiene graves consecuencias en la convivencia escolar. Crea un clima de miedo y ansiedad en las víctimas, deteriora la confianza y el respeto entre estudiantes, fomenta la exclusión social y tiene un impacto negativo en la autoestima y la autoconfianza. Además, estudios como los de Smith (2020) y Jones (2021) muestran que la agresión afecta negativamente el rendimiento académico.

Según Olweus (1993), la agresión escolar puede perpetuar un círculo de violencia y generar un ambiente de inseguridad. El psicólogo John Gottman (1999) está de acuerdo con esto, señala que la agresión puede generar un ciclo de violencia y hostilidad difícil de romper, lo que puede afectar la convivencia y el bienestar de los estudiantes.

Staub (2003) también afirma que la agresión en la escuela puede formar una cultura de violencia que impacta negativamente en la formación de valores y actitudes en detrimento del desarrollo personal y social.

Burla, agresión escolar, bullying. Muestra agresores y una víctima que sufre.

En conclusión, la agresión en la escuela es un problema serio que afecta la convivencia escolar y tiene consecuencias negativas en el desarrollo personal y social de los estudiantes. Una convivencia escolar sana implica el adecuado manejo de los conflictos y no su ausencia. La convivencia es un reflejo de las relaciones interpersonales experimentadas y percibidas por la comunidad educativa, tanto individual como colectivamente.

Referencias

García, L., & López, R. (2009). Convivir en la escuela. Una propuesta para su aprendizaje por competencias. Revista de Educación, (356), 531–555.

Gottman, J. (1999). The Heart of Parenting: Raising an Emotionally Intelligent Child. Simon and Schuster.

Jones, D. (2021). The Effects of School Aggression on Student Socialization. Educational Research and Reviews, 16(3), 121-125.

Maldonado, H. (2004). Convivencia escolar. Ensayos y experiencias. Buenos Aires: Lugar Editorial.

MEN. (2014). Guía No. 49. Guías pedagógicas para la convivencia escolar. Ley 1620 de

2013 – Decreto 1965 de 2013. Bogotá, Colombia: Ministerio de Educación Nacional.

Moratto Vásquez, N. S., Cárdenas Zuluaga, N., & Berbesí Fernández, D. Y. (2017). School Climate and Family Functionality as Associated Factors to Bullying in Students of Antioquia, Colombia. Pensamiento Psicológico, 15(1), 63–72. https://doi.org/10.11144/JA VERIANACALI.PPSI15-1.CEFF

Olweus, D. (1993). Bullying at school: What we know and what we can do. Blackwell Publishers.

Smith, J. (2020). The impact of aggression on school coexistence. Journal of Education and Development, 5(2), 59-64.

Staub, E. (2003). The Roots of Evil: The Origins of Genocide and Other Group Violence. Cambridge University Press.

Foto de Hoàng Tiến Việt: https://www.pexels.com/photo/people-sitting-on-concrete-stairs-14211095/

Foto de Mikhail Nilov: https://www.pexels.com/photo/children-finger-pointing-at-a-boy-sitting-on-a-wooden-floor-7929446/